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Leyendo en voz alta a sus hijos
Leer en voz alta es el mejor regalo que usted puede, libremente, dar a sus hijos desde el momento en que nacen hasta que se independizan y dejan de vivir con usted. Los expertos en lectura de niños están de acuerdo en que leer en voz alta brinda la forma más simple y eficaz para ayudar a sus hijos a que se conviertan en lectores para toda la vida. A la misma vez que puede ser placentero tanto para usted como para sus hijos.
Un niño al cuál se le brinda la oportunidad de que diariamente le lean historias llena de vida aprenderá a amar los libros y deseará leerlos. Para despertar ese deseo en sus hijos, usted deberá tratar algunas de las sugerencias que ofrecemos en Leer es Fundamental "Reading is Fundamental (RIF)", una organización sin fines de lucro, cuya misión es inspirar la lectura en los jóvenes.
- Reserve diariamente un tiempo especial para leer en voz alta a sus hijos. Quince minutos al día sería ideal.
- Varíe las selecciones de lectura. Para niños pequeños, utilice libros con dibujos, con historias que sean simples, fáciles de entender y coloridas.
- Lea despacio y utilice expresiones faciales. Mientras usted más exagere, más disfrutarán sus hijos. Trate de sustituir con el nombre de su niño, el nombre del personaje en la historia.
- Siente a sus niños donde puedan ver con claridad lo que están leyendo, especialmente si es un libro.
- Déle tiempo a sus hijos para que se envuelvan en la historia, así como tiempo para hablar sobre lo que leyó.
- Mientras usted lee en voz alta, anime a los niños a participar en la lectura. Invítelos a describir los dibujos o fotos, permítales leer un poquito de la historia, o haga que prediquen lo que ellos creen que va a suceder. Es más divertido si les permite dramatizar los caracteres de la historia, o quizás leer algunas líneas del diálogo.
- A la misma vez que usted lee en voz alta, estimule a los niños a envolverse en el contenido de lo que usted está leyendo. Invítelos a describir las láminas, a leer pedacitos de la misma, o predecir lo que ocurrirá próximamente en la historia. Es divertido actuar o dramatizar los diferentes personajes de la historia o leer líneas del dialogo.
- A los niños les gusta completar lo que están haciendo, por lo tanto, finalice lo que comenzó. Si el libro es extenso, encuentre un punto determinado para dejar de leer, como el final de un capítulo.
- Continue leyéndoles en voz alta a sus hijos aun cuando ya hayan comenzado el año escolar. y se conviertan en lectores independientes. No existe una edad límite para dejar de leer a sus hijos.
- Los adolescentes pudieran disfrutar leyendo en voz alta a sus hermanos más pequeños. Muchas veces disfrutan leyendo de nuevo, viejas historias que eran sus favoritas cuando eran niños.
Narraciones Familiares
Desde tiempos antiguos, la narración de las historias familiares ha encendido la imaginación de los oyentes de todas las edades y partes del mundo. Generación tras generación, las familias han relatado historias que entretienen, infunden valores, transmiten tradiciones y expresan esperanzas y sueños.
Las narraciones de historias han sido puestas en alta estima y son un importante escalón hacia el desarrollo de la alfabetización de los niños. Cuando usted relata historias a sus hijos, les está desarrollando su vocabulario, brindando así un sentido de como las historias trabajan para ejercitar la imaginación a los niños, al ellos visualizar el desarrollo del cuento.
Una familia prolífera en historias posee una rica herencia que pasar a sus hijos. Incluimos aquí algunas sugerencias de narración de historias de "La lectura es fundamental (RIF) (" Reading is Fundamental (RIF)"), una organización sin fines lucrativos, cuya misión es motivar a los niños a leer.
- Escoja un cuento que sea apropiado para a su audiencia. Asegúrese que los jóvenes oyentes puedan seguir la trama, y de que puedan retener la atención durante el relato del cuento. Historias folklóricas, cuentos de hadas, relatos familiares, que sean graciosos, tontos o dolorosos acerca de la niñez son siempre buenos recursos.
- Lea o ensaye la historia hasta que se la sepa de memoria.
- Cuente historias que le agraden. Si usted no se siente entusiasmado con la historia, su voz lo delatará al percibir su falta de interés. Recuerde que el entusiasmo es contagioso.
- Use palabras llenas de colorido. Ricas, con un lenguaje descriptivo, que permita a los niños visualizar la historia mientras usted la relata.
- Cambie su tono de voz. Haga distinciones entre las diferentes voces de los personajes por medio del cambio de su propia voz. Hablando ligero o despacio, subiendo o bajando la voz puede dramatizar la acción o el contenido de la historia.
- Deje que sus niños participen. Ellos pueden decir la palabra mágica cuando usted lo indique, repetir líneas, o añadir efectos de sonido. Si usted está creando la historia según la relata, pídales que contribuyan en la creación de la misma.
- Utilize los "props". Use artículos simples del hogar para poder darle vida a la historia que a su vez estimulan a los niños a repetir el cuento. Sus niños también pueden hacer sus propias marionetas utilizando bolsas de papel, palitos, o cortar modelos de tela de fieltro, pegados en una tabla cubierta de fieltro.
- ¡Repita una y otra vez! Así como un buen libro, una buena historia puede ser repetida una y otra vez. Con el tiempo sus niños desearán decir la historia ellos mismos.
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